El cansancio y la fatiga física son dos de los problemas más comunes en la vida moderna. Jornadas laborales extensas, estrés, falta de sueño y una dieta pobre en nutrientes pueden dejar al cuerpo sin energía.
No es casualidad que cada vez más personas se pregunten qué tomar para el cansancio y la fatiga física para recuperar vitalidad y rendir mejor en el día a día.
En este artículo exploramos qué se entiende por fatiga, y qué suplementos tomar para mejorar la fatiga y el cansancio para marcar la diferencia en tu energía diaria.
Qué se considera fatiga física
La fatiga física se define como la sensación persistente de cansancio o debilidad que no mejora del todo con el descanso. Se diferencia del simple sueño porque afecta también a la motivación, la fuerza muscular y la capacidad de concentración.
Además de la fatiga física, existen otros tipos de fatiga que nos pueden afectar y es importante saber reconocerlos para tratarlos adecuadamente.
A continuación te explicamos 3 tipos de fatiga que puedes estar sufriendo:
Fatiga mental: este cansancio viene dado por un exceso de carga a nivel cerebral. Cuando tienes muchas tareas, reuniones o trabajo, acabas exhausto a nivel mental. Este tipo de fatiga puede ser habitual en estudiantes, opositores o profesionales con alta carga laboral.
Fatiga digestiva: muy común en la actualidad pero poco reconocido como fatiga en sí. Se puede identificar por la hinchazón abdominal o malestar digestivo. Puede darse por un exceso de comida o por tener ingredientes específicos que no nos sientan bien (gluten, lacteos, etc.).
Fatiga emocional: puede producir una sensación de tristeza o falta de ánimos para afrontar el día a día. A veces viene dado por una situación personal o incluso por el cambio de estación.
Identificar el origen es importante, ya que no siempre basta con descansar más. En muchos casos, el cuerpo necesita apoyo extra para recuperar energía y equilibrio.
Qué suplementos y complementos tomar si me siento cansado y con fatiga
La nutrición es la base del rendimiento físico y mental. Sin embargo, incluso con una dieta correcta, el cuerpo puede necesitar un refuerzo en momentos puntuales.
Los siguientes suplementos destacan por su eficacia a la hora de combatir el cansancio y la fatiga.
Adaptógenos: reishi y melena de león
Los adaptógenos son sustancias naturales que ayudan al organismo a manejar mejor el estrés y recuperar el equilibrio.
El reishi destaca por regular el cortisol y mejorar la calidad del descanso. Según investigaciones recientes, sus beneficios no son inmediatos, pero con consumo regular se logra una mejora sostenida en la energía. Puedes aprender más en nuestra guía sobre cuándo hace efecto el reishi.
Con este extracto puedes tratar directamente la fatiga física y la mental, consiguiendo reducir tus niveles de cortisol y logrando un sueño reparador.
La melena de león se asocia con claridad mental y apoyo al sistema nervioso, así como con bienestar digestivo. Si te interesa, revisa nuestro artículo sobre las contraindicaciones de la melena de león para un uso seguro.
Este extracto es ideal para mejorar la fatiga digestiva y la mental, ya que apoya al eje cerebro intestino de manera directa.
Ambos hongos forman parte de la nueva generación de suplementos de hongos que han ganado popularidad como aliados contra la fatiga física y mental.
Vitamina B12
Es fundamental para la producción de glóbulos rojos y la síntesis de energía. Una deficiencia de vitamina B12 puede causar cansancio extremo, debilidad muscular y problemas de concentración.
Hierro
El hierro es clave en el transporte de oxígeno a través de la hemoglobina. Una carencia puede generar anemia ferropénica, cuyo principal síntoma es la fatiga. Los suplementos de hierro deben tomarse siempre bajo supervisión médica, ya que el exceso también puede ser perjudicial.
Magnesio
Este mineral interviene en más de 300 procesos enzimáticos, incluidos los relacionados con la producción de energía. Una ingesta adecuada de magnesio ayuda a reducir la sensación de cansancio, mejorar el rendimiento muscular y favorecer un sueño reparador.
Omega-3
Los ácidos grasos EPA y DHA ayudan a mejorar la función cerebral, reducir la inflamación y mantener la energía estable. También favorecen la recuperación tras el ejercicio físico intenso.
Hábitos para combatir la fatiga física en tu día a día
Los suplementos son útiles, pero el verdadero cambio ocurre cuando se acompañan de buenos hábitos diarios.
Además de suplementar bien en función de tus necesidades, te recomendamos seguir los consejos que te mostramos a continuación:
Duerme lo suficiente: al menos 7–8 horas de sueño de calidad cada noche. El descanso físico es esencial para tener un equilibrio y una salud adecuada.
Muévete regularmente: la actividad física ligera, como caminar, mejora la oxigenación y combate la sensación de pesadez. Además, ayuda a tu cuerpo a segregar endorfinas, serotonina y dopamina, 3 hormonas que se relacionan con la sensación de felicidad.
Hidratación constante: trata de beber suficiente agua durante todo el día para poder mantener tu nivel de hidratación óptimo. En ocasiones, una leve deshidratación puede ser el causante de fatiga.
Alimentación equilibrada: esto no quiere decir que retires por completo ciertos alimentos de tu dieta, sino que priorices la variedad. Una buena ingesta de frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables te servirán como base sólida para tener una buena alimentación.
Gestión del estrés: técnicas como meditación, respiración consciente o yoga ayudan a liberar tensión acumulada.
En resumen, la fatiga no es un destino inevitable. Es una señal que te envía el cuerpo.
La respuesta a tu cansancio no se limita a un solo suplemento, sino a un enfoque integral. Combina hábitos saludables como el buen descanso, la hidratación y el ejercicio, con el apoyo de micronutrientes y adaptógenos de calidad cuando sea necesario.
Recuerda: la clave está en escuchar a tu cuerpo. Identifica la causa de tu fatiga y dótale de las herramientas que necesita para recuperar su equilibrio. Con paciencia y constancia, puedes recuperar tu energía y vivir una vida más plena, sin agotamiento.
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